NÉSTOR
SÁNCHEZ, MAESTRO DE SONEROS
En el arte de sonear, esa deliciosa facilidad de
hilar frases una tras de otra como una ametralladora escupiendo balas, son
muchos los que se destacan, pero pocos los que realmente han alcanzo un sitial
en el ‘salón de la fama’ de esta genialidad musical, porque en verdad hay que
tener algo de poeta y loco para situarse estos niveles.
En ese renglón, hay que abrir un espacio especial
para el ‘albino divino’, como algunos llamaron a Néstor Sánchez, quien tenía
esta condición de piel, lo que, en lugar de ser un tropiezo fue una herramienta
más para explotar en su arte de cantar, pues era mirado y admirado por los
amantes del género afrocaribeño de una forma especial.
Sánchez nació el 11 de febrero de
1.949 en New York, pero su origen familiar es netamente boricua. Comenzó a
cantar profesionalmente a los 19 años en la orquesta del maestro Ray Rodríguez;
de ahí en adelante emprendió una trepidante carrera como sonero que lo llevó a
ser parte de importantísimas agrupaciones salseras como de ‘La Protesta’ de
Tony Pabón, Conjunto Candela, Larry Harlow, Tito Puente, Bobby Valentín, La
Masacre, Gilberto Santa Rosa, Ismael Rivera & sus cachimbos, entre otros.
Sus
biógrafos, pero especialmente sus amigos, coinciden en afirmar que la muerte de
Doña Celia Cruz eclipsó el fallecimiento de Néstor Sánchez, ocurrido el 2 de septiembre de 2003, por lo que aún se le debe el
tributo que merecía por su exitosa carrera musical. El ‘albino’ es considerado
por la crítica como uno de los soneros con mejor
técnica vocal, fue profesor de canto en New York, era adicto a la música
cubana y escuchaba a Abelardo Barroso, Beny Moré, Miguelito Cuni, pero sus preferidos fueron Tito Rodríguez y
su amigo de juventud, Ismael Rivera.
Entre sus
temas más famosos se encuentran Todo el mundo
quiere bailar, La mulata inolvidable, Guaguancó pa’ los soneros, Suena la quijá, Independiente,
Antonia Gervacia, Ametralladora, Chiquita y gordita,
Seré triunfador, Pobre Iya Wocito, Mambo con
guaguancó, El diablo viene, Lo voy a matar, El
loco, No hagan caso, De pescado nada, Con la mayor elegancia y El buen
samaritano, cantado a dúo con Tony Pabón.
EL BUEN
SAMARITANO
Yo creía
que la amistad,
al dejarse
cultivar, como el árbol daba frutos,
verdad muchachos,
que soy bien bruto,
la amistad
no vale ná…
Comentarios