CHAPOTÍN: EL ‘LOUIS ARMSTRONG’ DEL SON

Hablar del maestro Félix Chapotín es referirse a una de las instituciones de la música latinoamericana en toda su extensión, pues a pesar de haber nacido en La Habana, Cuba, el 31 de marzo de 1907, su conocimiento cultural abarcaba todos los ritmos y tendencias de la sonoridad de este lado del Atlántico.

Su trepidante carrera musical la inició en 1918 cuando ingresó a la banda infantil Guanajay, donde sus maestros, por sus excelentes dotes, lo ‘pasearon’ por varios instrumentos, todos interpretados con gran soltura. Su primer gran reto fue el Septeto Habanero, al cual ingresó en 1927 como una de sus trompetas.

Dicha relación, le catapultó para enrolarse con una de las agrupaciones más prestigiosas de la época, el conjunto del maestro Arsenio Rodríguez, rey de la guaracha y el son, y quien dominaba la escena musical caribeña. Corría el año 1949 cuando ‘el ciego maravilloso’ decide irse a trabajar a Nueva York y deja el conjunto en manos de Chapotín, quien no arrugó ante tremendo reto.

Rápidamente el extraordinario trompetista rearmó la banda, ahora a su gusto musical, a la cual ingresaron el pianista Luis Martínez Griñán, los trompetistas Aquilino Valdés, Pepín Vaillant  y Cecilio Serviz, el contrabajista Sabino Peñalver, el timbero Félix Alfonso, el bongosero Antolín Suárez y el tresista Ramón Cisneros.

Algunos de sus temas son El que no tiene no vale, Nicolás corrió, Oye como dice, Mentiras criollas, Nunca intentes volver, La chica tiene imán, Mariquita y Chicharrones y Yo sí como candela. Miguelito Cuní y Pablo Milanés son sólo dos de las extraordinarias voces que engalanaron el trabajo de Chapotín & su conjunto. El que llamaron ‘el Louis Armstrong del son’, por su soberbia manera de tocar la trompeta, falleció el 21 de diciembre de 1983 en La Habana.

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