HAY NICHE PARA RATO…


Han pasado muchos acontecimientos y se ha dicho otro tanto, pero la perseverancia, la disciplina, la seriedad y el amor por lo que convencidamente cada día se hace, tiene a la más importante orquesta colombiana, el Grupo Niche, hoy, más vigente que nunca, revitalizada, reorganizada, con nuevos bríos y ganas de seguir comiéndose el mundo.

Poco a poco nos fueron dando cucharaditas, abrebocas de lo que iba a ser este nuevo trabajo, con el que, además, cumplen sus cuatro décadas de creación desde 1979, cuando se fundó en la capital del país y se publicó su primer larga duración. 40 Años plasma, en buena parte, la esencia del sonido Niche, ese que con un par de acordes ya se deja identificar por el brillo de sus vientos y el afinque de sus cueros.

Ya nos habían presentado 40 Ruedas, con Álex Torres; Soltero, en la voz de Luis Araque, y recientemente publicaron Búscame, un bonito tema romántico en la voz del recién llegado, pero no desconocido, Alejandro Íñigo, quien ya había trabajado con el maestro José Aguirre y vive en nuestro país, en Cali, desde hace bastante tiempo.

40 Años mezcla romanticismo, folclor, nostalgia, autenticidad y buena salsa, ingredientes inherentes de la carrera musical de la orquesta. Canciones Viejas, Algo que se quede y Vivencias, son claros ejemplos de lo romántico y lo cotidiano, volver al amor, pero sin dejar de lado el barrio, la calle, el pueblo, sus raíces.

Pero hay dos temas que esos que mueven fibra. El primero es Happy Viche, una canción de esas que sirven para celebrar los cumpleaños, pero con un cargamento lleno de folclor y pacífico pegajoso, con piano de la selva y esos aires atrateños bien mezclados con salsa y el aporte del maestro Hugo Candelario… genial. Además, acompañado de un buen viche, esa bebida alicorada típica a la que le adjudican propiedades afrodisiacas. Maravilloso.

Y la fresa del pastel es Mis Panas, bello tema en la voz de Álex Torres, que nos transporta a nuestra infancia y juventud, a mí, a usted, a todos, al barrio donde crecimos a la escuela o el colegio donde estudiamos, a esos primeros años de rumba, un bolero que se vuelve montuno, con un arreglo sublime y bien rematado con un violín melodioso y melancólico. Les cuento que apenas lo escuché, lo compartí con mis amigos de esa época… hubo ojos vidriosos, llamadas y mensajes por montones. Me sentí como rematando Mi pueblo natal…

El álbum cierra con Cosas Bonítas, inicialmente grabado por Yuri Toro, pero tras la salida del vocalista hace unos meses, entregado a Alejandro Íñigo para que lo volviera mezclar y tener la pieza final. Solo me quedó una sensación, se quedó huérfano el tema Pánico, en la voz de Álex Torres, publicado entre el trabajo anterior 35 Aniversario, y este, el cual creo debió incluirse.

Gran trabajo, muchas sensaciones, evocación y añoranza, esencia clave del legado Varela en las manos de José Aguirre y sus muchachos. Aplauso para la banda, que tuvo el chance de grabar el trabajo completo, y gran acierto al llevar de nuevo a Wichy Camacho para poner la prima en los coros, lo que le da altura y ese toque internacional necesario. Wichy sabe claramente qué es Niche, pues era uno de los coristas permanentemente acercado por el maestro Jairo. Eso sí, sin dejar de lado el gran aporte de Diana Serna y Adriana Chamorro.

Las oleadas de críticas desaforadas, seguramente amainarán; los comentarios malsanos y a veces malintencionados, cambiarán su discurso porque esto que nos presenta hoy la orquesta colombiana, es la clara evidencia que tenemos Grupo Niche para rato...


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