SE APAGÓ EL SABOR DE JOE URQUIJO


Esta semana la salsa colombiana despidió a uno de sus cantantes emblemáticos, el barranquillero Roberto Antonio Urquijo Fonseca, Robert Urquijo o Joe Urquijo, como finalmente se quedó artísticamente. El terrible coronavirus que azota al departamento del Atlántico, le provocó la muerte tras una semana de padecimientos y sin poder encontrar una UCI que lo atendiera ante el alarmante disparo de casos en la “puerta de oro”.

Urquijo tuvo una carrera prominente con agrupaciones de primera línea, Grupo Niche, Grupo Raíces, Son de la Cueva, Alma Latina, La Bandita, Robert y su Banda, Charanga Almendra, entre otras, dejando con cada una de ellas no solo éxitos, sino, historias de vida muy interesantes y que, como suele suceder, con su fallecimiento volvieron a la conversación de la esquina.


Entre los casos más relevantes hay un par de temas grabados por Urquijo en 1978, autoría de Álvaro José Arroyo González, Joe Arroyo, pero firmados por su esposa de entonces, Adela Martelo, por aquello de las distintas casas disqueras con las que ambos trabajaban, Arroyo en Fuentes y Urquijo con Codiscos, pero unidos por una entrañable amistad e infinito colegaje.

Dos temas grabados originalmente por Urquijo y que, años después, reventaron para convertirse en infaltables en la discografía del Joe Arroyo y del más imberbe seguidor de la salsa colombiana, Rebelión y Mary. Urquijo los grabó con sus nombres originales, El Mulato, (tema que, incluso, evoca algo de Plantación Adentro de Rubén Blades), y María, pero a los cuales Joe Arroyo les cambio luego un par de frases y algunos pregones, para hacerlos con su orquesta en el álbum Musa Original, publicado en 1986.


Uno de sus capítulos más recordados fue su paso por el Grupo Niche de Jairo Varela. Urquijo fue llevado para ocupar la vacante que había dejado Moncho Santana, tras la publicación de “Triunfo”, en 1985. El cantante barranquillero no solo acompañó a la orquesta en los compromisos firmados ese año en Colombia y los Estados Unidos, sino, comenzó a grabar la nueva producción de la banda salsera, “Me huele a matrimonio”.

Fueron casi siete mesas de vinculación, en los cuales Urquijo fue la voz principal de la Orquesta. En esos días, Jairo se conoce con Tito Gómez, llegan a un acuerdo y el boricua se vincula al grupo Niche, ingresando de inmediato a la gira que llevaban por los Estados Unidos, y fue tanta compenetración de Tito con Jairo y la orquesta, que Varela decidió borrar la voz de Joe Urquijo en los temas que ya había grabado y volver a hacerlos con la voz del excantante de Ray Barretto, La Ponceña, La terrífica, entre otros.

Claro, el brillo, la trayectoria, la prominente carrera de Tito Gómez, un tremendo “caballo”, curtido ya en muchísimos escenarios, hizo que el maestro Varela tomara esa decisión, por supuesto generando malestar, decepción e indignación en Urquijo, quien al enterarse de su “borrada”, ‘ipso facto’ dio un paso al costado y se bajó de ese bus…


De regreso a su casa, el Grupo Raíces, Joe Urquijo le aportó a la música y al fútbol colombiano, en especial, el himno natural de la selección nacional de fútbol, ese emblemático tema que cantó Charly Gómez en plena eliminatorias hacia el campeonato mundial de Italia ’90, y que todavía retruena, no solo en el Metropolitano, sino, en todos los mentideros futboleros del país. Ese “Fiesta” que de inmediato fue adoptado por todos los amantes de la tricolor, tuvo la pluma de Roberto Urquijo Fonseca.



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