‘IL PADRINO’ DE LA SALSA

Para que toda empresa funcione debe haber un jefe que planifique, oriente, ordene, delegue y evalúe. Nadie ha dicho que tenga que ser ‘buena gente’ o ‘tirano’, no está escrito y tampoco generalizado. Quizás por ello es que casi nadie se ha detenido un poco a mirar lo hecho por un hombre que gestó una genialidad, se ‘tiró un cabezazo’ que hoy nos tiene disfrutando de buena salsa, el señor Jerry Masucci, fundador de Fania Récords al lado de Johnny Pacheco.

Pacheco y Massucci, como dice la canción, se conocieron cuando Jerry asesoraba a Johnny en su proceso de divorcio y, quien lo iba a decir, de esa separación nació un matrimonio musical y empresarial de grandes facturas. Masucci era de descendencia italiana, nació el 7 de octubre de 1934 en New York, sirvió en la marina estadounidense, fue productor de cine, estuvo en Guantánamo, fue Policía, estudió y se graduó como administrador de empresas con especialización en comercio exterior y luego obtuvo un doctorado en derecho. Todo un genio.

Ese talento le llevó a dimensionar el proyecto que su recién conocido cliente y posterior amigo, le estaba planteando, crear un sello disquero para reclutar músicos y orquestas jóvenes para iniciar un camino empresarial.

La unión fructificó en 1964 con la formalización del sello Fania Récords, sus primeros productos los comenzaron a vender puerta a puerta, mano a mano, recorriendo las calles de  los barrios latinos de Nuew York llevando las pastas en su propio carro, patrocinando guateques, acompañando a los músicos y pagando los gastos de presentaciones el vivo en las calles y parques de los guetos donde la salsa se regó como pólvora.

Su administración fue la llave perfecta para el talento musical de Pacheco, pues con las finanzas de uno y el talento creativo del otro, se formó una yunta increíble que llevó la salsa y el movimiento latino a casi todos los rincones del mundo. Claro, su exigencia y rigurosidad en los negocios hizo que más de uno ‘brincara’ con las medidas de Jerry, llegando a ser acusado por algunos como explotador o abusivo con los músicos.

La fama y el éxito le alcanzaron para comprar cerca de 10 sellos disqueros más, reuniendo un catálogo inmenso y casi incalculable de títulos y agrupaciones.  Su mente abierta y siempre dispuesta a los negocios lo llevó al campo cinematográfico como productor de películas, casi todas musicales, así como a asociarse con el reconocido manejador de boxeadores Don King. 


Estando de vacaciones en Buenos Aires, Argentina, y jugando un partido de tenis, sufrió una afección que dos días después, el 19 de diciembre de 1997, le quitó la vida. Sus restos fueron llevados a New York donde fueron cremados. Masucci tenía la varita mágica para hacer estrellas.

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